Durante su estancia en el CCH como estudiante, Mario se ha destacado por ser participativo, crítico e involucrarse en los procesos de cambio que ocurren al interior tanto de los CCH como de la UNAM, se ha organizado con otr@s estudiantes para frenar cobros ilegales a diversos trámites y servicios, exigir derechos académicos y manifestarse en contra de la represión que se vive constantemente al interior del plantel Naucalpan tanto por parte de las autoridades, de personal sindicalizado y de confianza, así como de grupos porriles (Federación de Estudiantes de Naucalpan), que en conjunto intentan bloquear todo brote de organización estudiantil y acallar cualquier voz que se oponga a las determinaciones institucionales.
Por su actividad política, Mario ha sido suspendido temporalmente en 3 ocasiones, una de ellas en agosto del año pasado, cuando un grupo de trabajadores sindicalizados y personal de confianza del plantel Naucalpan lo acosaron, golpearon y amenazaron con el pretexto de que no se había identificado a la entrada y que estaba realizando una actividad indebida, es decir, brigadear, pasar a los salones a dar información sobre la reforma a los planes y programas de estudios que ha ocasionado rechazo tanto del sector estudiantil como académico; en ese momento al compañero se le amenazó con que si volvía a participar en alguna actividad política dentro de la escuela iban a expulsarlo definitivamente, sin embargo en todas esas ocasiones se logró su reinstalación. En febrero pasado, Mario se dio cuenta de que nuevamente estaba suspendido, esta vez sin notificación alguna; durante las mesas de diálogo que se dieron poco después en Dirección General de CCH, el director de CCH Naucalpan, Benjamín Barajas afirmó que el compañero no estaba expulsado y se comprometió a regularizar su situación. A pesar de eso, hace unas pocas semanas, el Tribunal Universitario resolvió expulsar definitivamente de la UNAM a Mario sin ningún argumento válido, mientras él estaba preso. Desde hace tiempo, las autoridades del CCH han señalado a Mario como uno de los “líderes” de l@s estudiantes organizad@s, lo han hecho por un lado porque su estrecho marco mental no les permite creer que es posible organizarse de una manera no jerárquica ni autoritaria, les es impensable el hecho de que haya alguien que no necesite que le digan qué hacer; pero asignarle el papel de líder también les ha servido para convertir a Mario en el chivo expiatorio al que se culpa de cualquier situación que desagrade a las autoridades, además se le sanciona para sembrar miedo, para avisar que eso es lo que le pasa a la gente que muestra su inconformidad y que piensa por sí mism@. Por último, al ser un compañero identificado con las ideas libertarias y antiautoritarias, Mario se ha negado a asumir cualquier papel de líder, porque sabe que ello implica la descalificación a la conciencia crítica de l@s estudiantes, a quienes desde el poder se caracteriza como personas manipulables y sin criterio, sin embargo, l@s jóvenes de los planteles de CCH han demostrado que tienen consciencia y que les importa lo que pasa a su alrededor.
A partir de la toma de la rectoría de la UNAM, realizada algunos días después de la detención de Mario, varios medios impresos, electrónicos y televisivos publicaron notas en las que afirmaban que el compañero era un delincuente y un asaltante, siendo que en aquel momento aun no se le había juzgado ni sentenciado, la manipulación de la información, la exhibición pública sobre datos de su proceso, la criminalización y el juicio mediático fueron elementos constantes de ese falso periodismo, mismo que ayudó con esa campaña de linchamiento a calumniar al movimiento estudiantil del CCH y a nuestro compañero activista.
En cuanto al proceso penal, las irregularidades dadas a partir de la detención de Mario son varias: al ser detenido en ningún momento le informaron sus derechos, lo mantuvieron aislado y no le permitieron hacer ninguna llamada telefónica; en el Ministerio Público se le fabricó el delito de robo calificado, es decir, con violencia, para asegurarse de que Mario fuera llevado al reclusorio, fue con esa intención que un vigilante de walmart y un policía mintieron en sus declaraciones, que más tarde mostrarían contradicción con las que dieron sus propios compañeros; además, tanto en el Ministerio Público como en el Reclusorio se le ha dicho abiertamente a Mario, primero, que se le consignaría al reclusorio y después que se retrasaría en lo posible su liberación por su condición de activista; nuestro compañero continuamente ha recibido un trato discriminatorio y estigmatizante por parte de diversos funcionarios públicos al interior del reclusorio y en el Juzgado, se le ha convertido en un preso político desde el momento de su detención, por medio del sistema penitenciario se busca que el compañero quede inactivo dentro de la lucha social el mayor tiempo posible, es por ello que el 16 de mayo pasado el M.P. apeló la desproporcionada sentencia para buscar aumentarla aun más y mientras seguir manteniendo a Mario en el encierro.
Por todo lo anterior responsabilizamos a la Procuraduría General de Justicia, al Tribunal Superior de Justicia del D. F., al gobierno del Distrito Federal y a las autoridades universitarias de cualquier agresión que pueda sufrir el compañero y exigimos su liberación inmediata, puesto que su proceso penal es parte de una venganza política contra el movimiento estudiantil de los CCH, y Mario es ahora un rehén de la UNAM y el Estado.
Alto a la criminalización de la protesta social
¡¡¡Pres@s polític@s libertad!!!
Grupo de solidaridad con Mario