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Yo no me resisto a la evaluación, pero los evaluadores desconocen el mundo indígena, la sierra…

El pulso de la política nacional se ha concentrado en el Zócalo de la capital del país. Cuarenta mil maestros de la CNTE, apostados ahí, en campamento, quieren impedir la evaluación universal, ordenada por la Ley General del Servicio Profesional Docente, propuesta por el Presidente Enrique Peña Nieto y avalada por el Congreso de la Unión. Sus protestas, en la calle, han logrado desquiciar el tránsito durante una quincena. Ya se calculan pérdidas millonarias por retrasos en la productividad laboral. Pero hasta ahora, no hay visos de negociación exitosa. “Minoría”, los llamó el primer mandatario en su gira por Rusia que concluyó este fin de semana. Mientras, en el campamento, el miedo al desalojo por nada se va. Pero tampoco la voluntad de seguir y postergar el movimiento. Es raro quien concilia el sueño. En la madrugada, todos forman una agitada respiración. Entre ellos está el profesor de la sierra de Oaxaca, de lengua Mixe, Miguel Jiménez González, quien resume su lucha: “Lo que quiero es que me comprendan”.


Ciudad de México, 7 de septiembre (SinEmbargo).– Hace dos horas y media que pasó el camión del Grupo de Granaderos del Distrito Federal pero el miedo no ha querido ceder. Ha empezado la madrugada en el Zócalo de la Ciudad de México del 5 de septiembre de 2013. Nadie cierra los ojos. Nadie concilia ningún sueño. Si alguien de aquí lo hiciera, no podría observar en qué sitio se va a apostar ese cuerpo de seguridad, por dónde avanzarán los elementos y sobre todo, por dónde se podrá correr hacia alguna salida.

La última quincena, el profesor Miguel Jiménez González, secretario de Organización de la delegación I-378 de Los Mixes de Oaxaca, la ha pasado con la cabeza en el plan idóneo para escapar del Zócalo capitalino si esa pesadilla ocurre y le tumba la casa de lona roja, amarrada a mecate, que levantó hace 13 noches en la esquina de la calle de 16 de septiembre y la Plaza de la Constitución.

Y por eso, y por otros motivos, nadie se quita los zapatos. Aquí están, tirados frente a los Portales que albergan centros joyeros de oro y plata, 74 profesores, unidos sus cuerpos, tan cercana su respiración que parece una sola. Es un susurro de exhalación que se extiende cuando se camina por el campamento. Hay por lo menos 40 mil cuerpos de hombres y mujeres, acurrucados en este sitio al que a veces le llaman “el termómetro político del país”.

Han completado 14 días de marchas. La de hoy ha sido de las más agotadoras. 15 horas continuas de rodear, regresar, avanzar, regresar. Querían cercar el edificio de la Secretaría de Gobernación, en Bucareli. Jugaron al gato y al ratón con elementos de la policía de Justicia del Distrito Federal. Apenas el domingo pasado, impidieron que a su contingente se uniera el grupo denominado como Anarquistas para impedir que se cometan destrozos y todo, en segundos, se echara a perder. La acusación de violentos la llevan sobre los hombros y pegada al pecho. En ese vaivén, hoy aceptaron a otros. Al volver al Zócalo, por la tarde, eran muchos más y no había dónde bañarse. Más bien, los baños que cobran 20 pesos, en la calle de Corregidora, se habían saturado. Muchos –la mayoría- tuvieron que quedarse con el sudor en el cuerpo y tirarse en el suelo.

En la tiniebla de aquí se han organizado todas las manifestaciones en contra de la Ley General del Servicio Profesional Docente, enviada por el Presidente Enrique Peña Nieto al Congreso de la Unión y avalada tanto por la Cámara de Diputados como por la de Senadores esta semana. Según su texto, el destino virará para los profesores mexicanos de Educación pública básica y media superior. Tendrán hasta tres oportunidades para aprobar una evaluación obligatoria. De reprobar tres veces, serán sancionados. La primera sanción será la reasignación a otras tareas. La segunda, el despido. Hace dos días, los líderes del movimiento mantuvieron un diálogo con autoridades de la Secretaría de Gobernación. Fue como si eso no hubiera ocurrido. Horas después, la Ley fue avalada por el Senado. Nada de lo propuesto por la CNTE fue incluido.

–¿Y esos zapatos, profesor Miguel? ¿Con esos ha ido a usted a las marchas?

–Estos son mis mejores zapatos. Son Flexi. Me los puse porque los huaraches ya no los resisto. Tengo los talones cuarteados y los dedos, despellejados. Están muy pesados, los huaraches. Conmigo, se van a acabar mis mejores zapatos, pero los pies no. Yo me cuido. Mis niñas y mi compañera están allá, en Santiago Atitlán, Oaxaca. Yo les dije que regresaría. Voy a regresar. También por mis alumnos. Tan siquiera que mis niñas y mis alumnos entiendan por qué se está luchando.


Se ha acurrucado en el suelo de piedras unidas con barro seco. Un suelo de temperatura extrema: en el día se percibe ardiente, por la noche penetra la piel. El profesor no duerme, pero tampoco desea alejar al miedo. Es el miedo, dice, el que lo ha protegido. Ha empezado a conversar.

Aunque había sepultado con olvido ciertos días, se ha acordado de hace siete años, en Oaxaca, cuando otra manifestación parecida a esta fue desalojada por sorpresa y él tuvo que huir mientras sentía balazos en los tobillos.

El 14 de junio de 2006, cientos de elementos de las policías de Oaxaca atacaron con gases lacrimógenos, escudos y toletes a los maestros de la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y a otros de la Coordinadora, montados en campamento desde mediados de mayo de ese año en el Zócalo de la capital de ese estado.

Los policías fueron superados: los maestros eran más. Unos se les enfrentaron, otros corrieron hacia las casas aledañas. De la experiencia, surgió la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO) en la cual, se aglutinaron otras organizaciones sociales. Lo que siguió fue un episodio negro: varios enfrentamientos de sangre, marchas gigantes, barricadas que por las noches cercaban la ciudad y en su contra, un grupo denominado “caravanas de la muerte”.

Pero el desalojo del que se ha acordado el Profesor Miguel Jiménez González no es ese. Él quiere hablar del que ocurrió el 28 de octubre –casi cinco meses después– cuando el entonces Gobernador Ulises Ruiz Ortiz le pidió al ex Presidente Vicente Fox Quesada la intervención de la Policía Federal Preventiva. Ha empezado a contar que corrió. Que iba bañado por el agua de los chorros a presión que les echaron a todos y a todo. Y fue en ese preciso minuto, con nublazones en la vista, cuando sintió los disparos en los pies. Supo después de los tres muertos, dos de ellos profesores. El otro, un médico que se había acercado a ellos para brindar primeros auxilios.

“No teníamos un plan. No sabíamos cómo salir, cómo evacuar. Queríamos correr todos al mismo tiempo. Ahorita hemos hablado de primero, proteger a las maestras. Que salgan primero. Y no, no asustarnos. Despacio. Ver por dónde están llegando. Y ver la posible evacuación”.

El profesor Miguel –33 años, cumpleaños marcado para octubre y la creencia que la celebración le llegará aquí, en el Zócalo de la ciudad de México– regresó ileso a su vida de maestro en el municipio de Santiago Atitlán después del desalojo de 2006. Eso ha contado ahora que la madrugada ha entrado con toda su oscuridad y ya son las 2:00 a.m.


¿UNA VIDA PARA EVALUAR?

Miguel Jiménez González nació hace 33 años en Santiago Atitlán, Oaxaca, un pueblo partido en dos por el río cuyo nombre le da el apellido, en el punto más alto de la sierra norte de Oaxaca, en una noche tan oscura como esta. En Santiago Atitlán, no sobrevivieron todos los nacidos en los 80. El sarampión y la viruela se llevaron a algunos. Su madre le ha contado que así ocurrió la noche de su nacimiento.

El suyo es un pueblo centenario. El nombre de Santiago Atitlán, Oaxaca, lleva décadas en los análisis de la pobreza y miseria en México. Por ejemplo, por su marginación, en 2012, el gobierno de Enrique Peña Nieto lo incluyó en la declaratoria de zonas de atención prioritaria, publicada en diciembre pasado en el Diario Oficial de la Federación.

Desde su más remoto recuerdo, el profesor Miguel Jiménez ha hablado Mixe, pero una vez en el bachillerato, estudió con más ahínco el Español. Desde niño conoció a quien hoy es su esposa. Sólo los separó el tiempo de la escuela, cuando él se preparó para maestro en la Universidad Pedagógica. Ella, ya casada, también se graduó de maestra. Pero el profesor Miguel prefiere que no esté aquí.

Hace rato, cuando el cuerpo de Granaderos terminó de pasar por el Zócalo, dijo: “El papel del maestro es muy complicado. Veo a las compañeras que sufren mucho. Yo veo que no conviven con su familia. Viven más en el trabajo. Hemos acordado que mi compañera atienda a la familia. A lo mejor, puedo yo solito mantener”.


A esta hora, el suelo se torna congelado. Pero nadie tirita. Acaso porque la olla con frijoles ha empezado a despedir su olor. Esa olla es uno más dentro de la casita de esta delegación de maestros oaxaqueños. Su presencia permanece y es tangible. Huele su hervor a frijol limpio, sin toque de cebolla ni condimentos. Y desprende un ritmo como de canción de pájaros. Son las mujeres las que están a cargo de esta olla.



Miguel Jiménez es un profesor capaz de impartir los seis grados de Primaria. Hay años que le toca uno y hay años que le toca otro. Sus clases, combinan Español y Mixe. No puede ser de otro modo. Sus niños entienden el cosmos y el mundo en su lengua materna, aunque el aprendizaje de la lectura es en Español.

“Más que nada, cuando recién salí de la escuela, una escuela que está cerca del municipio, tenía la intención de entrar a otras carreras. Ingeniero o doctor. Pero mis papás son campesinos. No me heredaron ninguna plaza, como se dice. Mis papás son campesinos y no alcanzó el dinero para que me mandaran a una escuela. Ahí fuimos pasando a interinatos, honorarios, hasta ahorita que por preparación, obtuve una plaza fija”.

Al llegar a su aula, casi todos sus alumnos le dicen que ya desayunaron. Él sabe que en ese momento hay que fingir, porque siempre, la duda lo asalta. Y se queda con él. Porque Miguel es un profesor que conoce bien el itinerario de los niños en Los Mixes: levantarse de la cama de piedra o petate a las 4 de la mañana; ayudar a acarrerar el agua cinco veces hasta no llenar varias ollas, emprender la caminata de dos horas a la escuela, llegar y ponerle atención al maestro.

Así que el profesor Miguel siempre afronta lo que le dicen sus alumnos con el mismo aspecto sereno que tiene ahora en esta fría madrugada con lluvia en el Centro Histórico, frente a Palacio Nacional en el campamento de la CNTE, uno de los más extensos de los que se tenga memoria.

El susurrar de la respiración de todos acompañan estas conversaciones. Alguien acaba de decir que no hay maldad que circunde a los alumnos del profesor Miguel. Ese alguien ha dicho que es cierto que hay nahuales buenos y malos, pero que él les ha enseñado que con los malos se negocia. Primero, hay que respetarlos; luego pedirles que se vuelvan aliados. Y casi siempre, resulta. O por lo menos, se alejan, toman otro camino.

También, en el aula, el profesor explica en Mixe que los árboles tienen sentimientos. “Son parte de nuestra vida. Los tenemos que cuidar. Con ellos, la madre nos da de comer. La madre Naturaleza. Nosotros dependemos de ella y no ella de nosotros”.

Ahora, el Profesor está repasando su salón que apenas el año pasado se erigió en concreto, cuando muchos años fue de lámina. Le ha brotado repentinamente otro recuerdo: los cerros. Está diciendo que no hace falta llegar a la cima del más alto porque todos están entrelazados y son algo parecido a un comité que resuelve. “En la cosmovisión de nosotros, los cerros intervienen en nuestras vidas. Cada inicio de ciclo, tenemos la costumbre de ir a ellos y pedirles que cuiden a los niños. A los cerros y a todos los seres sobrenaturales”.

–¿Qué seres sobrenaturales?

–El viento, la lluvia y el trueno

–Y esa enseñanza suya, Profesor, no está en la Ley…

–Ah, pues no. No la consideraron

Quizá, un día, los alumnos de Miguel Jiménez González protesten por la incomprensión de su enseñanza y pasen otra alborada, como esta. Porque Miguel no desea rendirse. Aun después del deseo del dirigente moral del Movimiento de Regeneración Nacional, Andrés Manuel López Obrador, de tener el Zócalo limpio y despejado para manifestarse en contra de otra ley, la energética, este domingo. Aun con lo que decida la Asamblea de la CNTE que en esta madrugada debate en un edificio a tres calles para definir el rumbo del movimiento. Aun con todos los gritos recibidos y acumulados en el ánimo, en el que predomina el de: “¡Maestro güevón, vete de aquí!” “¡Maestro güevón, vete de aquí!” “¡Maestro güevón, vete de aquí!”

–¿Qué quieres, Miguel?

–No me resisto a la evaluación. Pero quiero que nos comprendan. Que no sea una evaluación universal. Los evaluadores no conocen nuestro mundo indígena, ni la sierra. Eso quiero, que nos incluyan, que nos conozcan, región por región, que nos conzocan, que nos incluyan.

–¿Le dirías algo al redactor de la Ley General de Servicio Profesional Docente?

–Le diría que se diera la oportunidad, que incluya más que nada la parte de la viviencia de Los Mixes. Están desplazando la historia de los pueblos originarios. Nos interesa que se incluya la vida de los pueblos. Eso es lo me tiene aquí.

–¿Dejarías la lucha si eso no pasa? –No. Si me regreso, tendría que estar batallando desde los pueblos para enterar de lo que está haciendo el gobierno. Más que nada para que nuestros paisanos entiendan cómo está esto.

–¿Y vale estar acá en un sitio del que no sabes cómo escapar?

–Vale estar acá en un sitio del que no sé cómo escapar.


EL TEMOR DEL PROFESOR

Sobre todo, el miedo aquí es porque el movimiento social de la CNTE se ha extendido tanto hasta conformar un campamento desbordado de casas de campaña con techos de muchos colores, como de arcoiris revuelto. Las preguntas no se detienen en el pesado aire: “¿Crees que sí lleguen? ¿Crees que ocurra el desalojo? El profesor habla: “Puede que sí. Están viendo cómo se está radicalizando el movimiento. Está agarrando más fuerza, parece que otros estados están entrando a otros sectores. Hoy estuvo muy fuerte. Se vio el acordonamiento que se hizo en Gobernación. Bastante fuerte”.

Ese crecimiento no se puede negar. Cuando a las 20:30 horas del 12 de mayo, el cantante español, Miguel Bosé, salió al escenario del Zócalo, saludó y dijo: “Buenas noches, México. Buenas noches de aquí de la primera fila hasta el fondo de las calles”, el plantón de la CNTE abarcaba apenas una esquina.

Ese espectáculo fue parte de los festejos organizados por el Gobierno del Distrito Federal (GDF) en alusión al Día de las Madres. En su cálculo de 80 mil personas de aforo, esa instancia tuvo que incluir a los maestros de la Coordinadora que apenas eran un puñado en relación con la extensión del Zócalo.

Para el 14 de mayo, el campamento se extendió a la mitad de la plaza. El 19 de agosto, la Coordinadora anunció lo que ahora se vive: llegarían otros 20 mil maestros de la sección 22 de Oaxaca. También de Michoacán, Guerrero y Chiapas. Luego, se unirían miles de la sección 9 del D.F.

Esta noche, el miedo no se corregirá si se sigue la bitácora de llegadas y se observa en el recuerdo cuánto ha crecido este movimiento en 13 días. Porque, dice el profesor Miguel Jiménez, algo parecido ocurrió en Oaxaca en 2006. Hoy es la madrugada del 5 de septiembre y hace unas horas arribaron 70 autobuses de los que descendieron decenas de maestros de la sección 18 de la CNTE, de Michoacán. Se acomodaron en la calle 5 de Mayo porque aquí, no cabe ni una respiración más.

–¿Cómo crees que pueda ocurrir un desalojo?

-No tengo una idea.

–¿Cómo fue en Oaxaca?

–Ahí se tenía el conocimiento por dónde escapar; pero además, las familias nos brindaban apoyo. Aquí no conocemos bien las calles. Algunos, puede que estén con el movimiento, pero no creo… Aquí son puros empresarios y todos están en contra de lo que estamos haciendo.

El profesor regresa a su cobija. La madrugada avanza. Las palabras se detienen. La única que hace ruido es la olla con sus hervores. También se oye un respirar profundo.

Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/07-09-2013/745478?fb_action_ids=4701553395691&fb_action_types=og.likes&fb_source=other_multiline&action_object_map=%7B%224701553395691%22%3A243200599162064%7D&action_type_map=%7B%224701553395691%22%3A%22og.likes%22%7D&action_ref_map=%5B%5D.

12 Razones por las que se movilizan los maestros

De acuerdo con Manuel Fuentes Muñiz, existen varias razones por las cuáles es inaceptable la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD) presentada por Enrique Peña Nieto el 13 de agosto del año en curso. Fuentes es Doctor en derecho y profesor de derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco.

El también asesor legal de diversas organizaciones civiles, de derechos humanos y laborales escribe 32 razones que, de acuerdo con él, sostienen la negativa de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación a la aplicación de la mencionada ley. REVOLUCIÓN TRESPUNTOCERO, se dio a la tarea de analizar cada uno de estos puntos, a continuación presentamos los principales 12:

1. Se aplica de manera retroactiva la ley en perjuicio de quienes laboran actualmente en educación básica y media superior, contrariando el artículo 14 Constitucional (Artículo 1).

En el Artículo 1° de la Ley General del Servicio Profesional Docente, se establece que ahí se estipularán los términos y condiciones para el ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia en el servicio. Por su parte, en el Artículo 14° constitucional se establece que a ninguna ley se dará efecto retroactivo en perjuicio de persona alguna.

Se considera pues, que lo dispuesto en los mencionados términos y condiciones afecta a los profesores directamente en sus actividades profesionales y, como tal, es anticonstitucional su promulgación.

2. Se derogan todos los derechos adquiridos (Transitorio Segundo).

En la Ley del Servicio Profesional Docente, el Artículo Transitorio Segundo dice que “Se derogan las disposiciones que se opongan a este Decreto”. Por tanto, todos los derechos que los profesores han adquirido hasta ahora y que no concuerdan con las nuevas disposiciones serán eliminados.

3. Las autoridades educativas pueden anular derechos “sin necesidad de declaración judicial”. (Arts. 32, 40, 44)En el Artículo 32 de la LGSPD se establece que cualquier forma de Promoción que sea distinto a los establecido (según lo dispuesto por las autoridades educativas y los organismos descentralizados) -en el caso de la educación básica el nombramiento es definitivo y en el de la educación media superior es por tiempo fijo- podrá anularse sin necesidad de declaración judicial. Lo mismo aplica para los incentivos adicionales o que premien el mérito de los educandos.

4. Otorga facultades al Secretario de Educación Pública federal (SEP), léase presidente de la República, para estar por encima de la soberanía de los estados de la República para autorizar a los gobernadores lineamientos en los cuatro temas.(Art. 8- I)

En el Artículo 8° de la LGSPD se establece que en lo que se refiere a la educación básica, las autoridades educativas tienen obligación de someter a consideración de la Secretaría sus propuestas de perfiles, parámetros e indicadores de carácter complementario para el ingreso, promoción, permanencia y reconocimiento que se estimen pertinentes. Por tanto, la Secretaría de Educación Pública, con su actual titular Emilio Chuayffet, estará a cargo de cualquier consideración sobre los profesores.

5. Permite al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) imponer y autorizar,  por encima de la soberanía de los Estados, lineamientos a todo tipo de autoridades educativas y organismos descentralizados para evaluación de los cuatro temas. (art. 7 IV, V, VI).

El Artículo 7° en su fracción IV, establece que el INEE deberá expedir los lineamientos a los que se sujetarán las autoridades para las funciones de evaluación, como los concursos de oposición y los procesos de evaluación. Además, en la fracción V se establece que el INEE deberá determinar los niveles mínimos para el ejercicio de la docencia y en el VI, que llevará a cabo propuestas de validación de los perfiles aprobados por las autoridades educativas y los organismos descentralizaos.

6. Faculta a la SEP y al INEE, para efectos administrativos, para interpretar unilateralmente la ley. (Art. 67)

En el Artículo 67° se establece que la interpretación de la LGSPD sólo podrá ser interpretada por el INEE y la Secretaría de Educación Pública.

7. No considera la participación sindical en los procesos de observación de las evaluaciones. (Art. 7 XV)

En el Artículo 7° fracción XV está establecido que el Instituto deberá establecer los mecanismos mediante los cuales los representantes de las organizaciones no gubernamentales y los padres de familia participarán como observadores en los procesos de evaluación. No se hace mención de los sindicatos.

8. Sustituye los tribunales laborales por tribunales administrativos en casos de conflicto de los cuatro temas.(Art. 84)

En el Artículo 84° se establece que en caso de controversias de carácter administrativo, derivadas de la aplicación de esta ley,  el Tribunal Federal de Justifica Fiscal y Administrativas será en encargado de resolverlas.  No hay referencia a los Tribunales de trabajo.

9. Desaparecen los nombramientos de base para quienes ya lo tienen y para los de nuevo ingreso. Se establece como causal de separación sin responsabilidad de las autoridades la negativa a participar en los procesos de evaluación sin considerar la antigüedad y nivel académico. (Transitorio Octavo)

En este Artículo transitorio, queda establecido que el personal que se encuentre en servicio deberá ajustarse a los procesos de evaluación aunque tenga nombramiento definitivo, tenga funciones de docencia, de dirección  o de supervisión. Y deberán atenerse a los procesos de evaluación del artículo 53°.

10. Crea la figura de contratos “por tiempo fijo” de naturaleza eventual, en sustitución de los nombramientos de base.(Arts. 23, 30 y Transitorio Octavo)

En el Artículo 23° se dice que los nombramientos que se expidan serán por “tiempo fijo” cuando durante el clico escolar se asignen plazas vacantes. En el 30° se da la misma característica pero para los supervisores de la educación media superior.

11. Se establece como causal de separación sin responsabilidad gubernamental obtener resultados insuficientes en el tercer proceso de evaluación con base en criterios unilaterales. (Transitorio Noveno)

En este Artículo Transitorio se establece que a los profesores que, al entrar en vigor la LGSPD, tengan nombramiento provisional serán sujetos a las evaluaciones que establece el artículo 52 (en este Articulo está establecido que las autoridades educativas y los organismos descentralizados deberán evaluar el desempeño docente con las determinaciones del INEE)  En caso de obtener resultados suficientes se le otorgará el nombramiento definitivo, en caso contrario, será separado del servicio público.

12. Los dos puntos anteriores no toman en cuenta  el derecho a la reinstalación en el empleo o de indemnización con pago de salarios caídos en caso de separación injustificada. (Transitorio Octavo y Noveno) y por tanto se cancelan.

Por todos estos aspectos con justificación en la Ley, la CNTE ha concluido que se tendrán las siguientes consecuencias:

- Desaparece el derecho de inamovilidad en el empleo.
- En los cuatro temas (ingreso, promoción, reconocimiento y permanencia) se anula la intervención de cualquier tipo de sindicato o coalición magisterial y se vuelven “condiciones administrativas” y dejan de ser derechos laborales.
- Sustituye el Trabajo Docente por el Servicio Profesional Docente.
- Enfrenta al docente como sujeto administrativo aislado a la estructura estatal.
- Permite a la SEP imponer  lineamientos generales en la prestación del Servicio de Asistencia Técnica a la Escuela en la Educación Básica.
- Desconoce la calidad “de trabajadores” a quienes laboran en el magisterio al convertirlos en “sujetos administrativos” violando el artículo 123° Constitucional.

Por otra parte, son al menos tres artículos los que han generado polémica entre algunos legisladores que no comparten contenidos de esta iniciativa: el 22, el 56 y el Octavo Transitorio. Argumentan que conforme a su redacción, un maestro podría ser separado de su cargo, sin responsabilidad para la autoridad educativa. El Octavo Transitorio ya ha sido expuesto, no obstante es relevante explicar los otros dos.

El Artículo 22 es controversial. Ahí se establece que el ingreso a una plaza docente dará lugar a un nombramiento que estará sujeto a un periodo de inducción con duración de dos años  dentro de los cuales se tendrá asignado un tutor. A los profesores de nuevo ingreso se les aplicará una evaluación al término de cada año escolar y se le dará apoyo y programas para fortalecer sus capacidades.

La autoridad educativa y el Organismo Descentralizado evaluarán al docente y determinarán si la práctica favorece el aprendizaje de los alumnos. Si los profesores incumplen con el periodo de inducción, con la evaluación y si se identificar su “insuficiencia” en esta última se darán por terminados los efectos del nombramiento y las autoridades y los organismos descentralizados no tendrán responsabilidad alguna.

Por último, en el Artículo 56 se refiere que en la Educación Media Superior las autoridades educativas y organismos descentralizados podrán definir las características de los perfiles, parámetros e indicadores pero no hay especificaciones y se deja a libre criterio.

Daniela Santoyo / @danni_gs (30 de agosto, 2013)  http://revoluciontrespuntocero.com